
La regla de las 10.000 horas nos dice que ese es el número de horas en promedio que hacen falta dedicar a la práctica de una actividad o disciplina en concreto para llegar a tener un nivel de maestro o virtuoso.

Pero si analizamos los que están en la élite, ¿en qué se diferencian esas personas del resto? Muchos entrenan o practican igual o incluso más que los top, pero no consiguen llegar al más alto nivel. Gente como Tim Ferris, opinan que no solo cuenta la cantidad de horas que le pongas, sino también el qué haces y el cómo entrenas o practicas durante esas horas.
Teniendo esto en cuenta, me gustaría recalcar lo que dicen en el vídeo de Proko – Cómo llegar a ser bueno lo más rápido posible. El autor se refiere al arte de dibujar en este caso, pero puede extrapolarse a cualquier otro área:
- Cometer un error.
- Analizar ese error.
- Volver a realizar la tarea, pero esta vez corrigiendo los fallos encontrados previamente.
Por otro lado, ya habiendo comentado por encima todo esto de la regla de las 10.000 horas, me llama la atención el caso de Gordon Ryan, y he querido analizarlo con un poco más de profundidad, y ahora sabréis por qué:

- En tan solo 5 años, en el año 2016, consiguió su cinturón negro de Jiu Jitsu brasileño, de la mano de Garry Tonon en acuerdo con John Danaher. Solo con tres años de cinturón negro, y 24 años de edad, ya ha vencido y sometido a gente que llevan más años que él entrenando en total en dicha categoría de cinto. Por lo tanto, ¿cuál puede ser su secreto?
- Está claro que para llegar a ser realmente bueno en algo, hay que dedicarle una ingente cantidad de horas, sí o sí. Pero dos personas que le pongan las mismas horas puede que, al final, no lleguen al mismo nivel. Estamos hablando ya a nivel élite. Gordon Ryan cuenta, en el podcast de Tait Fletcher – Pirate Life Radio podcast, cómo empezó a los 15 años a entrenar bajo un cinto marrón de Tom de Blass, y cuando cogió el morado, empezó a entrenar consistentemente bajo la supervisión de John Danaher. Garry Tonon también le ayudó bastante en sus comienzos, tanto económicamente como a la hora de enseñarle el arte suave.
- Dentro de su rutina, el día «más fuerte» para él son los miércoles, ya que él es de Nueva Jersey, y se levanta a las 5am para estar a las 7.30am en la clase de John Danaher en Nueva York. Luego, o se toma un descanso, o entrena algo de gi o boxeo, hasta la siguiente clase de John, a las 12pm. Luego, de Nueva York, vuelve a su ciudad natal, para dar clases en el gimnasio de Garry a las 6pm. A las 7pm da otra clase con Garry, y por último, a las 8pm va a otro gimnasio, donde entrena con el señor Tonon.
- Reconoce que, aparte del sacrificio y el trabajo duro, ha tenido el apoyo de sus padres, y cuando decidió que quería dedicarse a ésto al 100%, coincidió que empezaron a salir más torneos que le permitían ganar algún dinero con el que seguir adelante (siempre que venciera, claro). La figura de John Danaher también ha sido decisiva para él, ya que dice que desde que empezó bajo su tutela, su Jiu Jitsu mejoró considerablemente. John detesta a los luchadores que tienen un estilo y conocimientos pobres del arte. Hasta que no vio que el chaval se lo empezó a tomar en serio, no le hacía caso alguno.
- En los entrenamientos, practica poniéndose en malas posiciones a propósito, de modo que se acostumbra a las mismas y no le suponen ninguna amenaza. A la hora de competir, como dice que sus compañeros son los luchadores más peligrosos con los que puede rodar, sus rivales no le causan ningún temor.
El siguiente video creo que resume muy bien lo que se ha venido comentando, donde John Danaher nos dice si Nicky Ryan es un prodigio o no:
Está claro que, además del número de horas que le dedicas, influye mucho lo que haces para aprender y cuál es el enfoque que le das. Ya una vez igualadas las diferencias en este aspecto, está claro que entran en juego la genética, las aptitudes naturales que se tengan, etc., aparte de que ciertas circunstancias sean favorables en ese momento.